Horta

HORTA

La primera referencia a Horta es de 965, cuando se menciona el valle de Horta en una donación de tierras a la iglesia de San Miquel de Barcelona. Entre las familias que tuvieron propiedades importantes en el término, relacionadas con la nobleza militar y la Iglesia, hay referencias a la familia Horta desde 1034. Esta familia promovió la parroquia de San Joan de Horta, de la que ya se tiene noticia el año 1095.

El crecimiento del núcleo de población entre el siglo XVI y principios del siglo XX está muy ligado a la existencia de grandes cantidades de agua en la zona, que hizo posible la instalación de numerosas lavanderías, hasta el punto que al principio del XX se lavaba ropa procedente de toda Barcelona. La prosperidad se acentuó con la llegada del tranvía a partir de 1901.

Actualmente el barrio mantiene la estructura del núcleo antiguo entorno a la Plaza Ibiza, y tiene un ensanche residencial de edificaciones aisladas unifamiliares y plurifamiliares.

Un elemento patrimonial muy destacado de Horta es el Parque del Laberinto, que acoge el jardín más antiguo de todos los que se conservan en Barcelona. Empezado en 1794 dentro de una finca de los marqueses de Alfarràs, es un magnífico exponente de los jardines neoclásicos del siglo XVIII. Fue adquirido por el Ayuntamiento en 1967 y abierto como parque ciudadano en 1970. Han sido necesarios sucesivas restauraciones posteriores para mantener en las condiciones adecuadas el delicado laberinto vegetal y el resto de ornamentaciones y juegos de agua.

Otras edificaciones destacables son el velódromo construido con motivo de los Juegos Olímpicos de 1992 y, por otra parte, la masía de Can Cortada, con orígenes en el siglo XI y reformas del XVI y del XVIII.

EL TERRITORIO Y LOS BARRIOS

La historia del actual distrito de Horta- Guinardó empieza en el antiguo valle de Horta, conocida ahora como valle de Hebron, que está donde se desarrolló el municipio del mismo nombre antes de agregarse a Barcelona el año 1904. Este origen marca todavía con fuerza la realidad del distrito y así lo refleja su división en once barrios, siguiendo criterios históricos. En el norte, bajo Collserola, están los núcleos que forman actualmente el valle, como Sant Genís de los Agudells, Montbau, la Vall d’Hebron, la Teixonera, la Clota, el Carmel, la Font d’en Fargues y el casco antiguo de Horta, que incluye el vecindario de la Font del Gos, un conjunto de viviendas con 500 residentes que hay dentro del parque natural de Collserola.

En la parte baja del distrito, por debajo de la carena del Carmel y de la colina de la Rovira, hay los barrios del Guinardó (el que reúne a más habitantes dentro de toda esta unidad territorial, con más de 36.000 vecinos), el Baix Guinardó y dos importantes zonas verdes (el parque de las Aguas y los jardines Príncipe de Gerona), y Can Baró.

HISTORIA DE UNA VALLE

A la hora de hacer una historia del Distrito de Horta-Guinardó, hay una zona que destaca para su importancia: se trata de Horta, único de los actuales barrios del Distrito que fue municipio independiente. Este hecho le da un carácter histórico especial. Se debe tener en cuenta, entonces, que al hablar de Horta a nivel histórico no está hablando del actual barrio, sinó que hace referencia a la Vall de Horta, donde se desarrolla el municipio de este mismo nombre y que es el que hoy conocemos por Vall de Hebron y que incluye barrios como Horta, Montbau, Sant Genís, Vall d’Hebrón, La Clota, la Font del Gos, el Carmel y la Taxonera.

LA SITUACIÓN DE HORTA

El antiguo municipio de Horta, al norte de la ciudad de Barcelona, tenía en el momento de su anexo a la Ciudad Condal, a principios de enero de 1904, un perímetro muy vasto y limitaba con los municipios, también independientes, de Sant Gervasi de Cassoles (sudoeste), Gràcia (sud y sudeste), Sant Andreu de Palomar (este), agregados a Barcelona, y con los de Cerdanyola y Sant Cugat del Vallès (norte).

El territorio está centrado por un amplio valle, el valle de Horta, y cerrar a extremo y extremo de esta por montes y colinas; en la vertiente septentrional estan las vertientes de la sierra de Collserola, desde Coll Serola (que da nombre a la sierra) a levante, hasta la colina de les Roquetes (305 metres) en poniente, pasando por la colina de Sant Genís (con la hermita de Sant Cebrià y Santa Justina), las colinas de Maragola y de Valldarua (422 metres), y Coll de la Ventosa a la otra vertiente de la valle, la colina de la Creueta del Coll o del Falcó (249 metros), la colina del Carmel (267 metros), separados por el coll de Font-rúbia (antiguo nombre del santuario del Coll), la colina de la Rovira (261 metros), con la Font d’en Fargas, montañas que han recibido el nombre de conjunto de la Montaña Pelada, y más al nordeste la colina de la Peira (133 metros) o de Montadell, que abasteció las piedras de los antiguos casones. Estas colinas hasta hace pocos siglos estaban llenas de árboles y de abundante vegetación, con abundante caza, pero la acción del hombre las ha desnudado hasta convertirlas en terrenos urbanizados invadidos por las viviendas o zonas casi yermas.

Los abundantes torrentes van a parar a la riera de los Agudells (que baja por Vallcarca y el Putget y continua por el torrente de la Olla de Gràcia) o la riera de Horta, que después de recibir los torrentes de Valldaura, de Duran y de los Agudells, continua por tierras de Sant Andreu de Palomar y llega hasta el mar. Estos torrentes que alimentan el valle de Horta descienden de las vertientes de la Sierra de Collserola y de la Montaña Pelada.

El antiguo término de Horta tuvo inicialmente dos centros de población, el de la parroquia rural de Sant Genís dels Agudells, consagrada ya en el 931 (según Carreras y Candi una de las más pequeñas y pobres del territorio de Barcelona), situada en las vertientes de la sierra de Collserola (sector llamado la sierra dels Agudells), y su sufragánea de Sant Joan d’Horta, al fondo del valle, citada en 1905 y que a lo largo del siglo XIX tenia que quitar -por la más superior expansión demográfica y urbana- la capitalidad eclesiástica y municipal en Sant Genís. Describimos primero la historia y la evolución del núcleo de Horta, con los sectores de la Clota, la Font d’en Fargas y la Font del Gos, después los de Sant Genís dels Agudells, Vallcarca y los Penitents, Montbau, el Parc de la Vall de Hebron, el Carmel, el Coll y la Taxonera, que son los barrios o vecindarios que se han ido formando a lo largo del tiempo dentro del antiguo término municipal y que hoy forman un continuo urbano con el resto de la ciudad.

LAS FAMILIAS

Famílias importantes se establecieron desde el siglo XIV, como los Valseca, que fueron a menudo miembros del Consell de Cent de Barcelona (como los Horta) y que dieron hombres ilustres, como el jurista y político Guillem Valseca (muerto después del 1412), Conseller en Cap y embajador de los reyes; se establecieron en la Torre Sobirana (antes de Pere Marí), el futuro Laberinto, propiedad que posteriormente pasó a los Desvalls. También construyeron casa en Horta los Llull, dueños de una gran parte de Vilanova de Mar, con palacio en el Born; los Llobet, con palacio en la calle de Montcada, los Sapila, los Sitges, los Cervià, los Sabastià, los Mariner, familia de un gran prestigio sócio-político.

Después del decreto de Nueva Planta fueron regulados los nuevos municipios de la administración borbónica y Horta quedó sometida al municipio de Sant Genís dels Agudells, pero el crecimiento del núcleo de Horta hizo que ya en el mismo siglo XVIII la casa consistorial se levantara (1768) en la plaza de Santes Creus de Horta, posteriormente fue reconstruida en 1896.

El escudo municipal hasta la primera mitad del siglo XIX llevaba el nombre de Sant Genís dels Agudells de Horta y los tres pájaros propios de Sant Genís, pero después perdió el nombre y las armas. El 1888 Horta tenia los distritos de Vallcarca, los Penitents, Sant Genís dels Agudells y el Coll, y el 1903, cuando fue anexado, incluía, además de Horta, los barrios de la Clota, el Coll, Vallcarca, Sant Genís y Penitents.

El siglo XVIII representó una recuperación económica general para el país, que tuvo una incidencia especial en Barcelona y en los pueblos de los alrededores. La pobación de Horta estaba dispersa por todo su término municipal. Campos, viñas y masias estaban de lado con las casas de nobles y fabricantes.

Entre las actividades económicas, a parte de las agropecuárias tradicionales, que dieron nueva vida al barrio, la actividad más característica de Horta fue la de las lavanderas, mujeres que se dedicaban a lavar la ropa de la gente de Barcelona y que llevaban ligada a ellas toda una industria de la piel, que estaba representada por la Adoberia de Barcelona de la empresa Deu i Companyia (1789), inatalada en Can Fontaner, antigua casa de ocio y otras fabricas de piel. También hubieron fábricas de almidón.

Según la respuesta al cuestionario de F. de Zamora, en 1789 trabajaban en la fábrica de piel 26 personas y habia, además, 36 recolectores, 320 jornaleros, 5 artesanos, 2 médicos, 2 cirujanos, 1 apotecario, 16 menestrales (2 maestros de obras, 2 carpinteros, 2 maestros de carro, 2 cerrajeros, 2 alpargateros, 3 tejedores, un sastre, un zapatero y un barbero). En definitiva, la actividad de lavanderas y peleteros fue la que predominó hasta principios del siglo XX. Y de la piel derivaban zapateros, guarnicioneros, guanteros y encuadernadores. Horta no fue, sin embargo, un pueblo industrial, sino agrícola y hoy la economia gira alrededor del comerciante, las profesiones liberales, administrativos, directivos y técnicos, y sobretodo constituye un barrio dormitorio de tipo semiresidencial.

LAVANDERAS Y ALBAÑILES

En los acontecimientos de tipo político y social de la historia contemporánea del barrio, podemos destacar la repercusión de los hechos de la Semana Trágica del 1909, cuando los sublevados se replegaron en torno a Sant Andreu y Horta y quemaron el convento de las dominicanas y la vieja iglésia de San Joan. El ambiente de los años veinte fue muy tenso y tuvo relevancia la Societat de Paletes d’Horta, de cariz izquierdista y anarquista (los albañiles de Horta gozaban de buen nombre en todo el llano de Barcelona). Después de los años oscuros de la Dictadura, cuando fueron clausurados el Centre Català y otros grupos y partidos políticos, la República aportó una avivamiento, reflejado en publicaciones como “La Vall d’Horta”, “El boletín” o “La Peira”. El carácter residencial hizo que la población presentara una relativa normalidad durante la guerra civil (los primeros incidentes tuvieron lugar en las calles Fulton y Horta, a causa de la FAI, que ocupaba la masia de Can Querol) y la postguerra fue igualmente tranquila hasta la llegada de la gran oleada immigratoria de los años 1950-60, que comporta unas grandes transformaciones sociológicas.

El núcleo urbano de la población de Horta se formó a partir del siglo XVI al entorno de la plaza Major, hoy llamada de Santes Creus, donde se agrupaban los jornaleros que asistían a la subasta de la bolsa de trabajo. El momento de la expansión de la segunda mitad del siglo XIX, cuando se consiguio la independencia municipal, se hizo a lo largo de la calle Major, y aumentó con la instalación de las colonias de veraneo (la primera en la rambla Cortada, hoy de Campoamor) y la construcción de nuevas torres a partir de la epidemia de fiebre amarilla de 1870, que convirtieron la población en núcleo residencial de la pequeña burguesia barcelonesa.

Desde 1845 hasta el inicio del siglo la población pasó de 1.885 habitantes a 6.035 habitantes y muchos propietarios de masias y terrenos vendieron las propiedades como solares para la construcción. Después de 1904 se empedró la calle Major (desde la riera de la calle de Castelló) y se urbanizó la plaza Eivissa, que ha desplazado a la de Santes Creus como centro urbano. Las calles más características de la parte antigua son la Rambla de Cortada, la calle de Feliu i Codina, Salses, Canigó y Mestre Dalmau. La sustitución de las casas de planta baja por bloques de pisos ha representado, además de la pérdida del carácter tradicional, una densidad demográfica que ha hecho insuficientes los equipamientos.

La iglesia parroquial de Sant Joan de Horta tuvo el primitivo emplazamiento al lado de Can Cortada (queda el nombre de calle de la Esglèsia), al norte del centro del núcleo urbano (quemada el útimo día de la Setmana Trágica, se conserva hasta bien entrado el siglo). En el 1905 el Cardenal Casañas bendijo la colocación de la primera piedra de un nuevo templo en la ubicación actual, más centrica, que se inauguró en parte el 1911 y se acabó el 1917. Incendiado y devastado en julio de 1936, fue totalmente recontruido en la postguerra en un neogótico modernizado y no consiguió el aspecto definitivo hasta el año 1980, cuando fue inaugurada la portalada y el tímpano de la fachada, obra del pintor J. Torras i Viver, que también decoró el interior.

URBANISMO

A parte de las torres modernistas que quedan, las mejores en la calle Campoamor, tienen un gran interés las antiguas masias, unas 45, algunas de campesinos y otras de nobles y gente adinerada, de las cuales quedan unas 10.

Can Cortada, al final de la calle de Campoamor, es una vieja construcción medieval, antigua torre fortificada que corresponde a la fundada por la familia Horta, los propietarios de la cual, los Oriola Cortada, condes de la Vall de Merlès, tenian el patronato de la iglesia de Sant Joan; conserva ventanales góticos de épocas diferentes; en su subsuelo han aparecido restos de una población romana. Can Querol, en el paseo de Maragall, cerca de las calles de Petrarca y de Sant Alexandre, es un edificio del siglo XVIII de planta cuadrada con bonitos esgrafiados, reformado y ampliado, que aloja la residència de ancianos de la Fundación Valldejuli. Can Fargues, en la calle de Frederic Rahola, cerca del paseo Maragall y de la calle Peris Mencheta, es nombrada ya en el 1300 y es propiedad de los Fargues de Casanoves desde 1734; es un notable edificio con una ámplia galeria y grandes contrafuertes, rodeada de pinos, Can Mariner es la calle de Horta esquina con la del Vent, restaurada en el 1950, es una de las masias mas grande y mejor conservada. También se pueden citar Ca n’Andalet, sede del centro territorial de Barcelona Activa en Horta-Guinardó, en la Clota; Can Carabassa, edificio neoclásico sede del colegio SAFA; Can Mateu, Can Notari, Ca la Sínia, Can Papanaps, Can Travi Vell, Can Travi Nou, Can Santgenís…

Los Jardines del Laberint forman un notable conjunto, actualmente de propiedad del municipio de Barcelona, al entorno de una antigua mansión de los Vallseca y después de los Roger, que pasa en el siglo XVIII a los Desvalls, marqueses del Poal y de Llupià y después de Alfarràs (quedan vestigios de la antigua Torre Sobirana detras del palacio construido en el siglo pasado, con una fachada neomusulmana); los jardines fueron creados a partir de 1793 por Joan Antoni Desvalls i de Ardena (que fue un destacado matemático y científico) con la ayuda del maestro de obras Andreu Valls y según planos del ingeniero italiano Domenico Bagutti; el circulo de cipreses y las conducciones de agua son del 1797-99 y fue decorado con esculturas, un templete y balustradas. Los jardines se encuentran situados en el paseo de Vall d’Hebron, al norte del antiguo pueblo (paseo que resigue la llamada carretera de Cornellà a Fogars de Tordera, abierta en el 1869), al pie de Collserola, entre las Llars Mundet y el acceso a Can Papanaps. Actualmente son un jardín-museo y en una parte del edificio hay unas oficinas del Instituto Municipal de Parcs i Jardins

También cerca de las Llars Mundet esta el Palau de las Heures (o Can Gallart), residencia con cuatro torres redondas coronada por picos cónicos, al estilo de los châteaux franceses, construido en 1895-98 según planes de A. Font i Carreras por el naviero Gallart, que contenia un esplendido mobiliario y notables obras de arte; actualmente es propiedad de la Diputación de Barcelona y contituye un anexo de las Llars Mundet. Acoge la Fundació Bosch i Gimpera.

La Torre de la Granja Vella, que habia pertenecido a Joan Sabastida (siglo XV), pasa a propiedad de los jerónimos de Vall d’Hebron y, después de la desamortización, pasa al banquero Lluis Martí i Codolar, que estableció una granja agrícola, jardines y parques y hasta un zoológico (núcleo inicial del Zoo de Barcelona); Don Bosco la visitó en el 1885 y fue cedida poco después a los salesianos.

LAS ENTIDADES

Entre las entidades de tipo cultural y asociativo que han centrado la vida del barrio, citamos en primer lugar el Centre Parroquial dels Lluïsos, fundado en el 1866 en Cal Xicus (calle Baix d’en Mariner) por mosén Lluís Cantarella, que ha sido uno de los centros más activos, con secciones de excursionismo, fotografia, biblioteca, centro literario y teatral. De los organismos filiales destacamos el Esbart d’Horta fundado por J.M. Castells i Andilla, y els Grup d’Estudis Teatrals d’Horta, nacido bajo la iniciativa de Josep Montanyès en el 1964, que ha tenido trascendencia en todo el país. El Ateneu fue fundado en el 1868 con el nombre de Círcol Hortenc y cuenta con biblioteca, sección de ajedrez, sala de actividades artísticas, etc. La Vanguàrdia Obrera, fundada en el 1894 para subir el nivel cultural de sus asociados, formó parte del movimiento cooperativo catalán a través de la Federació de Cooperatives de Consum y otras entidades; dependieron de él escuelas, secciones de música, deportes, etc.

El Foment es una entidad muy enraizada en Horta; fue fundada en el 1887 como continuación de la Societat Casino Familiar de la plaza Santes Creus y en el 1917 con el nombre de Foment Hortenc se instala en el local de la calle Alt de Mariner (edificio de Pere Serra i Pau); destruido por el fuego en el 1946, se reconstruyó en el 1948 y tiene sala de reuniones, conferencias y exposiciones y dispone de una biblioteca; depende de él un buen grupo de teatro.

Otras entidades se dedican más intensamente al deporte, como el Club de Tenis Horta (del 1912), en terrenos de la iglesia vieja, la Unió Atlètica Horta, la Unió Esportiva d’Horta, la Unió Excursionista d’Horta, que a la vez también cumplen una función de tipo cívico y cultural.

Entre los centros asistenciales, muy numerosos en Horta y que sobrepasan completamente el ámbito del barrio, citamos primero la Institución o Patronat Ribas, asilo de huerfanos fundado por Lluis Ribas i Regordosa, edificio del arquitecto Enric Sagnier, rodeado de jardines, hoy instituto de formación profesional y de bachillerato; entre las Heures y el Laberint se encuentra el gran complejo asistencial centrado por las Llars Anna Gironella de Mundet, que ha recogido muchas de las instalaciones, gracias al soporte económico de la Fundació Albà (instituida por Miguel Albà i Andreu), un centro hospitalario con este nombre, en la antigua Torre dels Frares y un edificio construido por F. de P. Villar i Carmona (acabado por B. Bassegoda); la donación de Artur Mundet i Carbó (1954) impulso a la Diputación de Barcelona a construir este conjunto asistencial, a partir de un edificio inacabado del 1927 y nuevos pavellones, obra del arquitecto Manuel Baldrichs, para residencia de viejos y también escuelas y centros de reeducación de niños; los edificios estan decorados con obras de buenos pintores y escultores (Subirachs, Clarà, E.Serra, Tharrats, Guinovart, etc.); el Hospital de Sant Rafael, especializado en niños, se encuentra encima del paseo de Vall d’Hebron (hasta el 1967 en las Corts); a su lado se halla la gran Ciutat Sanitària de Vall d’Hebron, con un conjunto de 2.300 camas y ambulatorios, una de las más grandes y mejor equipadas del estado. Cerca, en el sector de Can Papanaps, esta el Institut Municipal de Psiquiatria, construido a partir de 1971.

En el campo de la enseñanza, Horta tiene una gran tradición que arranca de la labor de un maestro prestigioso, Francesc Comerma i Bachs, maestro y autor de libros pedagógicos, como Espigues i roselles (1875) y Llibre de la infantesa (1879), y de la labor de algunas escuelas laicas, como las escuelas de la cooperativa La Vanguàrdia Obrera, renovadas, que se mantuvieron hasta el 1975. De las estatales se ha de destacar la Escola Unitària fundada en el 1906 y que estaba situada en el edificio delantiguo ayuntamiento de Horta en la plaza Santes Creus, hoy en dia, Centre de Serveis Socials. Fue interesante la escuela que funciono durante la guerra civil en Can Glòria, denominada Escola Productiva, donde los mismos alumnos explotaban y comercializaban tierras de cultivo. Entre las confesionales, se destaca la Escuela Parroquial creada en el 1904 por M. Bundó i Vidal, de sensibilidad muy catalana y enraizada al pueblo, que pasó en el 1912 a los hermanos de la Doctrina Cristiana (Escoles La Salle-Horta). El colegio de las dominicas de la Anunciación, creado en el 1878, tiene también una buena tradición (fue visitado por Maria Montessori). En el 1913 se inauguró l’École Ménagère, primera escuela del hogar en el estado español.

ARTES Y LETRAS

Son muchos los personajes de la vida cultural y artística que han estado vinculados de una u otra forma con Horta-Guinardó. Entre otros nombres pueden citarse: Santiago Rusiñol, vivió en Can Cortada, Miquel Utrillo, Rafael Llimona i Benet, Josep Serra i Llimona. Charles Collet y su mujer Ninon Collet, ceramista y pintora, y su hija, la pintora Claude Collet. El ceramista Jordi Aguadé i Clos. Josep Pinós, Xavier Valls i Subirà, las ilustradoras Carme Solé i Vendrell y Roser Capdevila i Valls. Escritores com Joan Brossa, recientemente desaparecido, Juan Marsé, Pep Albanell, Joaquim Carbó, Màrius Serra, Mercé y Montserrat Canela, Anton Carrera, Manuel Cruells, Desideri Díez, Teresa Duran, Feliu Formosa, Josep Maria Illa, Joan Josep Isern, José Luis Martín, Víctor Mora, Jordina Nadal, Marta Pessarrodona o Estanislau Torres. Músicos como Eulógio Dávalos o Tomás Gil Membrado y artistas como Joan Mateos, Pere Munné, Marisa Ordoñez, la familia Palmero… En abril de 1999 se ha editado el libro Art i lletres a Horta-Guinardó que recoge las biografias de gran parte de estos personajes.

· Fuente: Ayuntamiento de Barcelona

· Galería de Horta: Fotos