Quienes somos

· HISTORIA ·

La Bodega Massana está al servicio de Horta y del resto de Barcelona desde hace más de 80 años. Fue fundada en el año 1930 por una familia natural de Ripollet. Y así, como Can Ripollet, es como fue nombrada hasta el 1950 que es cuando llegan los hermanos Massana procedentes de Sant Paul d’Ordal (Alt Penedès).

Tierra  de agricultura, granjas avícolas y de la viña. Una de las muchas masias del pueblo era la que se ha terminado convirtiendo en el actual popular restaurante Cal Pere del Maset, propiedad de Pere Massana i Cols, hijo de Pere Massana y de Emilia Cols. Pero son los otros dos hijos, Josep Massana y Maria Massana, los que se trasladan a Horta para hacerse cargo de la Bodega. Ella se terminó casando con Isidre Massana (que a pesar de tener el mismo apellido y venir del mismo pueblo no eran parientes) con quien también llevarían el negocio.

El año 1985 muere Josep, y su viuda, Carme Piqué i Reverter, sigue haciéndose cargo del negocio con la ayuda de Isidro, conjuntamente con el hijo de este último, Jordi Massana Massana. Poco tiempo más tarde, en el año 1992, ella decide retirarse y la Bodega la asumen como propietarios su sobrino Jordi Massana con su esposa Crescencia Ruiz Ortega.

Actualmente es gestionada por Crescencia, familiarmente conocida como Cris, junto con su cuñado Carles de la Prida, quien ya formaba parte de la Bodega desde el año 1996. Sin olvidarnos de Lluís Esteve, gran amigo quien ha sido un ayudante de excepción durante 12 años y de quien todavía disfrutamos de su compañía, ahora como cliente. En la actualidad también tenemos la preciada ayuda diaria de Jordi Rovira.

· LA BODEGA MASSANA HOY ·

Nos llena de orgullo ser de Horta, un barrio diferente, con una marcada personalidad propia, que hasta el 1904 no se anexionó a Barcelona. Quizá por eso todavía conserva ahora ese aroma de pueblecito pequeño que mucha gente le ve. Y desde el nº1 de la calle que recibe el nombre del barrio subimos la persiana desde muy pronto por la mañana.

En la Bodega despachamos entre 1.200 y 1.400 litros de vino de mesa semanales, y por este motivo el movimiento de las botas es continuo. Tenemos un total de 22 barricas. Dos filas de botas, una encima de la otra, donde  tenemos el vino a granel con cinco denominaciones de origen distintas. Pero también encontraréis más vino en el histórico reloj central de la barra que llama la atención de todo el que lo ve. Con forma de barril, cada hora tiene un grifo des del cual manan perfectamente nuestros vinos generosos.

Desde que Carlos abre el local de madrugada hasta que lo cierra, en la Bodega ofrecemos almuerzos de cuchillo y tenedor, como por ejemplo nuestra clásica butifarra con ‘seques’ (judías), y bocadillos de todo tipo para arrancar el dia con fuerzas, todo con el toque especial de la Cris en la cocina. Y al mediodía, también podéis comer platos combinados. Por lo que se refiere a la bebida, despachamos vino a granel para consumir en mesa o para llevar en garrafa o botella, vinos embotellados más allá de los más conocidos por todo el mundo y actualmente tenemos también un Rioja cosechero que lleva el nombre de la Bodega.

Los sábados podéis venir a empezar el día de la mejor manera posible con los almuerzos a la brasa de Can Massana. Un variado de todo tipo de carnes acompañadas si se quiere de unos cuantos calçots (en temporada), judías especiales de la casa y, no puede faltar, un buen porrón de vino. Una de las señas de identidad de la casa la encontramos en la barra, donde hay una madera que sostiene unos vasos y la acompaña una botella de cazalla y otra de moscatel. Y ahí se esperan hasta que algún cliente las use para servirse él mismo la Barrecha Massana. Un ‘self service’ de confianza con los clientes en el cual hay gente que también mezcla el vino dulce con coñac para cargar bien las pilas.

Otro de los clásicos lo encontramos en la hora del vermut. Donde lo podéis acompañar con un especial de anchoas (¡No os las podéis perder!), con boquerones, berberechos y otro tipo de aperitivos, con el toque especial de la Salsa Massana. Ahora también podéis probar el último invento de Carles, ‘El Sorbete de Vermut’.

Os esperamos para hacer el vermut, comer algo mientras hacéis tertulia, o echar una partida al dominó o a las cartas, o para cerrar la tarde con un café o un carajillo mientras leéis o escribís. Un lugar tranquilo y como los de antes en el cual a través de la exposición permanente de fotografías antiguas de Horta que encontraréis colgadas en las paredes de la Bodega os remitirán a un pasado rural no demasiado lejano.